viernes, 23 de enero de 2009

Retrato de unos oscuros pensamientos

Segundo relato ^__^

Este es también para un concurso (nos dan una imagen y debíamos escribir algo basándonos en ella, la mía es la de esta entrada ^^) del cuál aún no sé el resultado, mañana se acaba el plazo , ya veremos que tal...De momento, leer y opinar vosotros :D

Retrato de unos oscuros pensamientos

¿Cómo te describirías a ti mismo? La pregunta parece fácil, pero cuando llega la hora de expresarlo con palabras, siempre te dejas alguna parte de personalidad o ya no estás tan seguro de que realmente te hayas definido bien y al final, ¿qué nos queda? Tan sólo incomprensión. Toda mi vida, he estado pintando cosas que la gente quería, desde dibujos de la serie del momento en primaria hasta la obra clave de la exposición hace apenas dos días. Llevo haciéndome esta pregunta desde que supe que tenía un talento para dibujar: ¿Cuál sería mi paisaje perfecto? ¿Mi dibujo perfecto? Para esta vida llena de soledad, amargura y resentimiento. Nunca me he esforzado por cambiar. Para mí, estar solo no es un problema grave ni una desgracia tan grande. Solo quiero entenderme, mejor que nadie, solo quiero entender yo las pinturas de los demás. En esta vida llena de falsedades, cuando crees que conoces a una persona, aparece algo que desmorona completamente tu visión y, ¡zas! Entonces, yo digo, ¿para qué? Prefiero entenderme a mí mismo.

Mientras pensaba en esto, decidí que me describiría a mí mismo con un dibujo. Distraído, cogí un lápiz y casi sin darme cuenta, empecé a dibujar algo sin forma, poco concreto. Pero en mi mente, la imagen estaba clara. Poco a poco, fue apareciendo un banco.
Entenderse a uno mismo. Esa es la clave. Mi clave.
Justo entonces, sonó el teléfono. Hice un pequeño gesto de fastidio, dejé el lápiz y me levanté sin prisa a cogerlo.
-¿Sí?
-¿Alexander?
Resoplé.
-Alex, Jane. Te lo he dicho ya mil veces.
-Disculpa…Alex. Me han llamado de la exposición. Te requieren allí en una hora, ya sabes…Papeleo y tal.
-…
-Alex, ¿estás ahí?
-Diles que estaré en media hora.
Y colgué.

Papeleo. Ya. Gente tan superficial y sin principios…Mis cuadros, vendidos a gente que no sabría apreciarlos. Que desperdicio. Me senté de nuevo y seguí dibujando. Diez minutos después, ya lo tenía. Ante mí, se hallaba un papel sucio, con el esbozo triste de una farola y un banco, con árboles de fondo. No era mi mejor obra. Pero ahí estaba. ¿Por qué era yo solitario, como ese banco, tan alejado del resto que daba pena? ¿Por qué era yo como era farola, que parecía brillar, pero que en el fondo, no era nada? No lo sabía, pero aquel paisaje tan desolador y solitario, era como me sentía yo.

Observé el dibujo unos minutos…y lo rompí, mientras el teléfono volvía a sonar insistentemente. Aquella vida estropeada, mi vida, me reclamaba de nuevo.

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